“Todo lo que no podemos abrazar con amor nos aprisiona”.

– Tara Brach

A menudo, no estamos conformes con la realidad que vivimos, lo que nos lleva a experimentar una insatisfacción constante por la vida. Expresamos rechazo hacia lo que vemos, lo que somos y lo que hacemos, y alimentamos ese sentimiento con pensamientos que constantemente nos impulsan a cambiar a los demás o a las situaciones.

Sin darnos cuenta, vamos cayendo en una fuerte tendencia de perfeccionismo que nos lleva a tratar de controlar e influenciar las situaciones, generalmente a nuestro favor. Y el día que las cosas no suceden como las planeamos, sufrimos una profunda decepción acompañada de un sentimiento que nos hace dudar de nuestro valor, culpándonos por lo que hicimos mal y nos faltó.

No obstante, vale la pena recordar que la vida tiene una forma particular de funcionar y a menudo mucho de lo que sucede, está fuera de nuestro control. Por más que planifiquemos, que nos anticipemos a lo que podría fallar y por más que tratemos de cubrir todos los aspectos, siempre habrá algo que no se haya considerado.

¿Sabías que es importante tener recursos que ayuden a superar los desafíos diarios y que permitan desarrollar resiliencia y valor?

Seguir pensando que únicamente lo externo (posesiones, roles, títulos, relaciones) garantiza nuestro bienestar y felicidad, convierte el viaje por la vida en una experiencia dolorosa y en una lucha continua por el deseo de que todo se ajuste a nuestras expectativas. Vivir de esta manera es desgastante y estresante. Entonces, ¿Cómo podemos dejar de resistirnos a una realidad que a menudo no nos satisface? Efrentándonos a aceptar la realidad como és.

Pero aceptar la vida como es no debe confundirse con resignación. Es clave establecer límites, definir prioridades, tener objetivos y cultivar una sólida confianza en uno. Esto puede llegar a ser todo un desafío que requiere paciencia y práctica.

Cuando no nos gusta lo que estamos viviendo, nuestro cuerpo suele ser el primer indicador que nos dice cómo nos sentimos. Sin embargo, pocas veces prestamos atención de manera correcta a estas señales, a las molestias o advertencias que surgen; con frecuencia, las ignoramos y silenciamos. Prestar atención a la sabiduría de nuestro cuerpo es el primer paso para desarrollar conciencia e identificar lo que nos hace sentir comodidad o incomodidad.

Esta autoconciencia nos prepara para elegir cómo vivir la vida, y podemos basarnos en tres posibles caminos: el camino de la resistencia, el camino de la indiferencia y el camino de la aceptación.

Aunque los dos primeros parecen que pueden ayudarnos, evitar enfrentar la realidad o hacer como si nada estuviera pasando suele tener un costo elevado para la salud emocional, mental, y física. Por el contrario, aprender a aceptar la vida como es (especialmente lo que no está bajo nuestro control), significa reconocer la realidad tal cual es, transformando el dolor cómo una oportunidad de crecimiento.

La aceptación radical se basa en dejar de lado la ilusión de control y en la voluntad de notar y aceptar las cosas tal como son ahora, sin juzgar”.

– Marsha Linehan

Aceptar la realidad requiere de un trabajo personal, un entrenamiento que es exigente a nivel introspectivo y de autoconocimiento. Implica cultivar cualidades que ayuden al proceso de aceptación de la vida como ocurre. Cualidades como la paciencia, la bondad amorosa (Loving-kidness) y la compasión, y que puedan ser aplicables en el día a día, son fundamentales en este proceso.

Así mismo, reconocer los patrones de pensamientos y comportamientos habituales nos permite tener una mayor conciencia sobre en qué es necesario enfocarse.

Para aprender a estar con lo que sea que esté sucediendo, debemos ser conscientes del presente en vez de vivir en el piloto automático. No nos dejamos atrapar por las historias del pasado o por las preocupaciones del futuro y en cambio nos permitimos entregarnos a la experiencia actual con apertura y curiosidad.

Aunque muchos de nosotros anhelamos ser felices, buscamos la felicidad en un futuro con algo que haremos, alcanzaremos o seremos.

La felicidad puede estar aquí y ahora, sin depender de condiciones futuras.

Por ejemplo, cultivamos felicidad a través de la gratitud por lo que ya somos, hacemos y tenemos.

Cultivar la atención plena en el momento presente, nos permite tener claridad mental y nos ayuda a no sucumbir fácilmente ante las emociones. Una aceptación de la vida como viene produce libertad al permitirnos estar abiertos a la experiencia con una mente receptiva y un corazón compasivo. De esta manera, encontramos mejores respuestas a las dificultades diarias.

¿Y Cómo se puede lograr esto? Según las investigaciones, mindfulness es un gran recurso para tal fin. Si te interesa conocer más sobre este tema, te invito a que ingreses al siguiente link: Paz interior: un enfoque Consciente para Vivir Plenamente

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